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Equipo de Nubart

Desarrollo de negocio

22 de febrero del 2018

¿Audioguías vendidas como postales en la tienda del museo?

Las audioguías digitales en formato postal, a las que se puede acceder mediante un código QR, no sólo son un recuerdo único para la tienda de tu museo, sino que también aumentan los ingresos y el conocimiento de tu museo


Hace unos años nos llamaron de la casa, ahora musealizada, de un famoso compositor:

La casa-museo es pequeña, pero muy concurrida. Las aglomeraciones en esos espacios tan reducidos restan valor a la experiencia. Los visitantes no quieren pasar en la casa-museo más tiempo del estrictamente necesario. Aunque la casa-museo ofrece un aparato gratuito de audioguía, el agobio de la multitud dificulta su uso, a pesar de que cinco minutos de escucha bastan para darse cuenta de que se trata de una excelente audioguía multilingüe con interludios musicales que enriquecerían enormemente la visita. Es frustrante tener que devolver el dispositivo sin haber escuchado todos los contenidos.

Por este motivo, el personal del museo se encuentra a menudo con la pregunta de si sería posible comprar la audioguía para escucharla en una cafetería o incluso en casa después de la visita.

El museo vio en las tarjetas de audioguía de Nubart una buena solución para poner a la venta los contenidos de la audioguía en la tienda del museo. Ya no hay muchas alternativas para vender si¡onido: los CD son caros, han quedado prácticamente obsoletos y no se pueden reproducir en los smartphones. Por otro lado, los códigos intransferibles de Nubart impresos en las tarjetas aumentan su valor comercial y los protegen de una difusión no autorizada.

Hasta aquí, todo bien. Pero en Nubart nos dimos cuenta de que podíamos ir un paso más allá. ¿Por qué no convertir la tarjeta en una postal?

El papel de las postales en las tiendas de los museos

Las tiendas de los museos son el broche de oro de la visita. Situadas visiblemente a la salida, reclaman la atención del visitante en cuanto éste termina el recorrido y le reciben con una variada gama de productos, desde calcetines de Picasso hasta puzzles de Van Eyck o gomas de borrar con la imagen de la Gioconda.

Pero de todas las cosas que se pueden comprar en la tienda de un museo, las postales son las más populares. Son asequibles, caben fácilmente en un bolso o una mochila y nos transmiten la ilusión de poder llevarnos a casa ese cuadro que tanto nos ha gustado en la exposición. El botín de postales se convierte en parte de la experiencia del museo.

La postal de correos se inventó en Austria en 1869 y tuvo un éxito inmediato: era más barata que la carta tradicional y permitía una comunicación mucho más breve e informal: la postal era a la carta tradicional lo que el mensaje de texto es hoy al correo electrónico.

Ya en 1912, el Museo Británico fue pionero en aprovechar la popularidad de la postal reproduciendo algo más de un centenar de objetos de su colección en el nuevo formato y vendiéndolos en el museo: el primer año se vendieron 155.000 ejemplares. Desde entonces, Ya no podemos imaginar una tienda de museo sin postales

En este artículo del Dr. Jamie Larkin encontrará una entretenida historia sobre la postal y su relación comercial con los museos.

La realización del concepto de postal-audioguía

Finalmente se nos ocurrió la idea de combinar dos facetas clave de la experiencia museística: las postales y las audioguías. Nuestra audioguía que te puedes llevar se convirtió en una postal.

Porque si el contenido de una audioguía es tan bueno que los visitantes quieren comprarla después de su visita para llevársela a casa, ¿por qué no llevarse unas cuantas más para compartirlas con los amigos? ¿Qué mejor para eso que una postal?

No resulta difícil imaginarse la situación:

Querido Juan, acabo de llegar a Nueva York y he visto esta maravillosa exposición que no deberías perderte en tu próxima visita a Estados Unidos. Te envío la audioguía para que te hagas una idea.

Y el museo también está encantado. Porque las postales, las enviemos o no, siguen siendo el producto más vendido en las tiendas de cualquier museo y pueden aportar hasta una cuarta parte de sus ingresos.

Nuestro cliente, el Centre de Cultura contemporània de Barcelona (CCCB), ha hecho posible la realización de este prototipo:

Prototipo de la postal-audioguía de Nubart
Prototipo de la postal-audioguía de Nubart

Los museos y centros de exposiciones pueden utilizar esta audioguía viajera para promocionar su colección y presentar las exposiciones existentes de forma perdurable.

Las oficinas de turismo también pueden comercializar de este modo una audiorruta por la ciudad (city marketing).

Los hoteles y complejos turísticos pueden crear una audioguía temática y ofrecerla a sus huéspedes.

Los visitantes, a su vez, pueden compartir su entusiasmo por la audioguía que acaban de escuchar con sus amigos enviando estas postales a todo el mundo: ¡una postal es una gran publicidad internacional para un museo!

Postal-audioguía semiabierta
Al arrancar el cartón de la postal, el destinatario accede a la tarjeta con el código QR intransferible.
Postal-audioguía abierta
Postal-audioguía abierta