1. Aclara términos ambiguos y especializados
Antes de ponerte a traducir, identifica los términos que pueden prestarse a confusión o tener varios significados. No adivines: consulta fuentes fiables, investiga o pregúntanos directamente.
Ejemplo: El término “retablo” en español puede referirse a la estructura decorativa detrás del altar, pero en algunos contextos también puede usarse para pequeñas representaciones teatrales religiosas o populares. Asegúrate de entender bien el contexto antes de traducirlo a otro idioma, y consulta fuentes fiables si tienes dudas.
2. El contexto lo es todo
Esto parece obvio, pero no está de más observarlo: Lee siempre el segmento completo y comprende bien el contexto general antes de traducir. Las traducciones fuera de contexto pueden dar lugar a errores importantes.
Ejemplo: La palabra “banco” puede referirse a una institución financiera, a un asiento o incluso a un grupo de peces. Si aparece en un contexto poco claro —como “el banco frente al edificio”—, conviene comprobar si se trata de un lugar para sentarse o de otra cosa.
3. Usa las herramientas de IA con criterio
Traductores automáticos como DeepL (¡la más recomendable!) o Google Translate pueden ayudarte a arrancar, pero nunca entregues una traducción final sin revisarla a fondo. En una traducción natural no tienes más remedio que consultar uno a uno todos los términos que no sepas en el diccionario, y eso mismo te obliga a reflexionar. Con una traducción por Deepl, en cambio, es muy posible que no te sientas inclinado a hacerlo, ya que todo suena ya muy bien. ¡Resiste esa tentación y revisa todos los términos que no conozcas!
4. Revisa con ojo crítico
Repasa tu traducción línea por línea, preguntándote: “Esto que escribo, ¿tiene sentido para este museo o lugar específico?” Siempre que puedas, contrasta con fuentes oficiales, como la página web del museo.
Ejemplo: El “British Museum” a veces se traduce como “Museo Británico”, pero otras veces se deja en inglés. Antes de decidir, comprueba cómo lo nombra la institución en su web oficial en español o en fuentes reconocidas.
5. Estándariza nombres propios y transliteraciones
Los nombres de instituciones, obras o personajes deben ajustarse a las formas oficiales o más reconocidas en el idioma de destino. Busca siempre referencias fiables.
Ejemplo: La ONU es “UN” o “United Nations” en inglés. Pero no todo se deja traducir: La “Casa Botines” de Gaudí, en León, ¡no debe convertirse en “Botines House”! En muchos casos, lo mejor es mantener el nombre en el idioma original ("British Museum"), a no ser que exista una versión oficial traducida y que ha pasado a convertirse en convención.
(Consúltalo en Wikipedia. Te sorprendería saber cuánta gente no sabe de la existencia de este pequeño menú que permite encontrar el nombre convencional de cualquier institución en muchos idiomas).

6. Pregunta lo antes posible
Si tienes dudas sobre un término o concepto, no continúes tu traducción sin haberlo aclarado. En primera instancia queremos que lo investigues tú mismo, pero si no logras aclararlo, pregúntanoslo. Preguntar a tiempo evita correcciones costosas después.
7. Explica tus decisiones cuando sea necesario
Si has optado por una traducción poco habitual o si el original deja lugar a dudas, indícalo en un comentario. Así facilitamos la revisión y evitamos malentendidos.
8. Traduce para ser escuchado, no leído
Estás traduciendo el guion de una audioguía, y una audioguía se escucha: tu traducción debe sonar natural al leerla. Evita frases largas, demasiado académicaso con muchas subordinadas. Divídelas en dos si hace falta. Prioriza el ritmo y la claridad.
Consejo: Lee tu texto en voz alta. Si algo suena forzado y te cuesta leerlo, revísalo. Es muy importante seguir una puntuación correcta: ayuda al narrador a marcar pausas y a mantener la comprensión del oyente.
9. Señala errores en el texto original
Generalmente los textos que traducimos provienen de comisarios de exposiciones o historiadores locales. Pero incluso estos expertos se equivocan a veces. Si detectas algo incoherente o incorrecto, avísanos: ¡lo agradeceremos!
Ejemplo: Si el texto dice “Este cuadro se terminó en 1905” y el pintor murió en 1899, aquí hay algo que algo falla. Tu ojo crítico mejora el resultado final y refuerza tu relación con Nubart.
10. Dirígete al oyente en singular y con la formalidad adecuada
Una audioguía se dirige a una sola persona, el visitante que la está escuchando. Usa siempre el singular y, salvo que te indiquemos lo contrario, no tutees al visitante: Emplea usted, Sie, vous, Lei… . No uses plurales como “vosotros” o “ihr”.
Excepción: En museos infantiles o formatos lúdicos puede ser preferible usar el “tú” o formas informales. De ser así, te lo indicaremos. Si tienes dudas, pregunta.
11. Traduce los títulos de obras, películas y libros
En una obra académica puedes optar por poner el título de una obra en la lengua original y la traducción entre paréntesis a continuación, pero no en una audioguía, que es un texto para ser escuchado y no leído. Traduce los títulos al idioma de destino, salvo que te digamos otra cosa. Consulta siempre si hay una versión oficial ya consolidada.
- Arte: Si el museo ofrece una versión oficial en español del título de la obra, utiliza esa y no una traducción literal. Por ejemplo, la obra de Vermeer “Het meisje met de parel” se traduce como “La joven de la perla”, no como “La chica con el pendiente de perla”.
- Cine: Usa el título con el que se estrenó oficialmente en el país hispanohablante. Por ejemplo, “Jaws” se traduce como “Tiburón”, no como “Mandíbulas”. Consulta fuentes fiables como FilmAffinity o Wikipedia.
- Libros: Utiliza el título de la traducción publicada, aunque no sea literal. Por ejemplo, “The Catcher in the Rye” se ha traducido como “El guardián entre el centeno”, no como “El receptor en el centeno”.
12. Adapta el contenido cultural al público objetivo
Es posible que debas aclarar algunas referencias culturales en función del público al que se dirige tu traducción; del mismo modo, es posible que debas eliminar otras si ya se dan por sabidas.
Ejemplo: El término japonés “Hanami” quizá requiera una breve aclaración para oyentes hispanohablantes. Pero explicar lo que son las Fallas a un público español probablemente no sea necesario — usa tu criterio.
13. Ajusta unidades y medidas
Adapta las unidades según el público al que se dirija tu traducción:
- Usa el sistema métrico en Europa y América Latina.
- Usa el sistema imperial (pies, pulgadas, libras) en EE.UU.
Ejemplo: Una estatua de “1,80 metros de altura” puede traducirse como "almost six feet tall" ('de casi seis pies de altura') si tu traducción se dirige al público estadounidense.
14. Envíanos tus dudas cuando hayas terminado
En Nubart preferimos que preguntes a tiempo antes que corregir después. Tu traducción va a servir como base para una locución. Si tenemos que hacer correcciones en el texto una vez las pistas ya están locutadas, vamos a tener que repetirlas. ¡Así que consúltanos! Eso demuestra profesionalidad.
Nota: Si entregas la traducción de un texto complejo o con muchas referencia culturales sin ninguna duda ni explicación, sospecharemos que no lo has revisado con atención — y analizaremos tu trabajo con más detalle.
15. Acepta las correcciones con buena actitud
Revisamos internamente todas las traducciones. Si te damos feedback, será siempre constructivo y con el objetivo de mejorar el resultado y tu integración en nuestro equipo. ¡Vamos en el mismo barco!
16. Queremos contar contigo a largo plazo
Valoramos mucho la fiabilidad y la calidad. Si trabajas bien y a tiempo, te daremos prioridad en futuros proyectos. Y a no ser que no quieras que lo hagamos, incluiremos tu nombre en los créditos de la audioguía: ¡un pequeño valor añadido para tu CV!